lunes, 28 de mayo de 2012

¡¡¡No quiero que nos intervengan!!!

Todo apunta a que será inevitable. La prima de riesgo vuelve a estar por encima de los 500 puntos básicos, la bolsa sigue cayendo, el Gobierno no es capaz de explicarse el "porqué a nosotros nos está pasando esto si ya tenemos hechos los deberes"; y la ciudadanía sigue viviendo en un mundo paralelo. Protestando e indignándonos por los recortes pero, en el fondo de nuestros corazones, esperando que todo esto de las amenazas de intervención no sean más que maniobras políticas.

Nos tratan como ignorantes. No sé si lo somos o nos hacemos los tontos. Pero lo cierto es que nos dan explicaciones a medias. Hay que rescatar a Bankia porque es imprescindible para la seguridad nacional; hay que recortar sanidad y educación, investigación y desarrollo, porque vivimos muy por encima de nuestras posibilidades. No vamos a investigar qué ha pasado con las cuentas de Bankia y el papel de sus consejeros, empezando por Rato, porque bastante han tenido los pobrecillos con estar al pie del cañón (nunca mejor dicho) "con la que está cayendo". Pobrecitos míos. Las indemnizaciones y planes de pensión que cobran son solo una pequeña compensación por los daños morales causados por su lucha de titanes por salvar a la banca de tanto desatino mercantil. La culpa es de los especuladores. Nunca sabremos quienes son. Pero están ahí.
La Jirafa, Oviedo... (no viene a cuento, pero me gusta la foto... mía, claro :)

Fuera como fuera o fuese. Yo no quiero que nos intervengan. No quiero que sea el Banco Central Europeo, o Alemania, quienes nos digan por dónde tenemos que recortar. No quiero renunciar a nuestro sistema de salud; ni a la educación pública; no quiero que nuestro país se convierta en su mercado de mano de obra barata, servil a los deseos de nuestros ¿colegas? centroeuropeos; no quiero que sean ellos los que nos digan cómo se tiene que estructurar nuestra economía porque lo harán de acuerdo con sus prioridades y no con las nuestras.

No quiero que mi país se convierta en una sucursal de Alemania. Quiero que mi país mantenga su identidad. Quiero que sea el pais creativo y diverso que siempre ha sido. Quiero que se pelee por nuestra industria, que se haga lo imposible porque nuestros jóvenes, tan bien formados, se queden y vivan en su país. Quiero que sean ellos y ellas los que retomen la ilusión que estamos perdiendo. Quiero que el estado del bienestar siga siendo una apuesta política y económica. Quiero que nadie olvide el potencial de nuestra sanidad. De nuestra educación. (No olvidemos lo bien valorados que son nuestros universitarios y universitarias en Europa, China, EEUU). Quiero que nadie olvide lo que nuestros mayores han hecho por nosotros y que, ahora que lo necesitan, este país sea capaz de darles una parte de lo que nos dieron. Quiero un pais que pueda seguir apostando por la dependencia. Démosles lo que merecen, con dignidad.

No quiero que nos intervengan. No me gusta la cerveza. Me gusta el vino, la sidra. El agua de la tierra. Los espárragos de Navarra (me he fijado que la mayoría de los que venden en los súper son ¡¡¡chinos!!!). El gazpacho andaluz. Un buen chuletón de ternera asturiana. Para nada las frankfurt... Por cierto, ¿de qué estarán hechas? ¡¡¡No a la comida basura!!!!

Alemania para las vacaciones. Qué bonitos sus castillos, sus ríos... Para las vacaciones. Para lo demás, España.

Queridos políticos. Queridas políticas. Yo digo no a la intervención. Me niego.

1 comentario:

  1. y yo contigo también digo No.... porque estoy de acuerdo con todo lo que has dicho, porque me gusta mi país, mis costumbres y mis gentes y porque no quiero que nadie me diga que tengo que poner para comer mañana en mi casa, creo que, si nos dejan, podemos organizarnos y quizás por una milagrosa vez encontraremos algún político honrado, que mire por el bien común en vez de por el suyo propio ¡¡¡¡seguro que lo logramos!!!!
    Pele

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