Las flores,
me gustan en el campo.
Lo que de verdad disfruto,
son los abrazos.
domingo, 24 de mayo de 2015
Mamolina
Soy la feliz mamá de este chavalín que siempre va con prisas, amante
del deporte, las peonzas, las mates, los animales y los globos
terráqueos. Destructor de playmobil, y de los juguetes electrónicas en
general. Teórico del amor y de la vida. Feliz casi a diario, salvo en
esos momentos en que algo se pone cuesta arriba y lo que era un gran día
pasa a ser el peor de su vida.
Al que le gusta verme sonreír, porque estoy más guapa.
Al que no le gusta que me ponga coleta, porque estoy más fea.
Al que le gusta mi pelo largo, porque mis rizos molan.
Al que le gusta dormir conmigo, porque sino, me siento sola, y estando él...
Al que le gustaría que tuviera un novio, porque a muchos novios les gusta el fútbol y sería guay.
Al que le duran los playeros una media de tres semanas. Y los chándal dos...
Al que no le gusta dibujar, ni pintar, pero de repente te sorprende con una obra cubista que dejaría mudo a Picasso.
Al que no le cuadra que Dios exista porque no tiene sentido ese lío de nacer cuando ya existía el mundo, dejarse morir, resucitar... volver a desaparecer... un sinvivir.
Al que le gusta la fabada, la carne poco hecha, las madalenas de chocolate y los donuts de colores.
Al que no le gustan los besos pero se deja hacer, poniendo los carrillos y riéndose: ay, mamolina, qué besucona me saliste...
Al que le gusta verme sonreír, porque estoy más guapa.
Al que no le gusta que me ponga coleta, porque estoy más fea.
Al que le gusta mi pelo largo, porque mis rizos molan.
Al que le gusta dormir conmigo, porque sino, me siento sola, y estando él...
Al que le gustaría que tuviera un novio, porque a muchos novios les gusta el fútbol y sería guay.
Al que le duran los playeros una media de tres semanas. Y los chándal dos...
Al que no le gusta dibujar, ni pintar, pero de repente te sorprende con una obra cubista que dejaría mudo a Picasso.
Al que no le cuadra que Dios exista porque no tiene sentido ese lío de nacer cuando ya existía el mundo, dejarse morir, resucitar... volver a desaparecer... un sinvivir.
Al que le gusta la fabada, la carne poco hecha, las madalenas de chocolate y los donuts de colores.
Al que no le gustan los besos pero se deja hacer, poniendo los carrillos y riéndose: ay, mamolina, qué besucona me saliste...
Puedo asegurar que esta es mi faceta más exitosa. Y la que más feliz me
hace, a miles de años luz del resto.
Me felicito por ello.
Me felicito por ello.
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