viernes, 11 de mayo de 2012

¿Es igual gestionar un país que gestionar una familia?

¿Porqué el gobierno no es capaz de hacer con el país lo mismo que hacemos en nuestras casas? Tenemos unos ingresos y sabemos que no podemos gastar más de lo que hay... El argumento parece bastante lógico y razonable. El nivel de gasto de un país debe de ajustarse al nivel de ingresos. No hay otra. Pues parece que sí... sí hay otra y a los hechos me remito. Tenemos una país altamente endeudado porque el gobierno no ha sido diligente y ha comprometido más gasto del que la prudencia y el sentido común recomendaba. El argumento parece irrefutable. Pero tiene tantos matices que se termina cayendo por su propio peso.

Vamos por partes:

... por el lado de la familia:

  • Gestionar una familia no es tan fácil. Muchas familias viven por debajo del umbral de pobreza en nuestro país. Adaptar los gastos a los ingresos es "fácil" cuando son suficientes para cubrir nuestras necesidades más básicas. Dejan de ser suficientes cuando no cubren las necesidades de alimentación, vivienda, educación...   
  • La tipología de familia está cambiando y, con el cambio, la economía doméstica se complica. La familia tradicional: padre, madre, hijos... contaba con un número de miembros conocido y controlado. Hacía más fácil su gestión, dentro de la dificultad. Actualmente los nuevos modelos de familia también complican la gestión: pensiones de alimentos, varias hipotecas... y miembros con características y necesidades menos "controlables". Es un hecho. La cosa económica se complica cuando hay que atender a las necesidades de más de una familia.
  • En una amplia mayoría de familias los ingresos son conocidos de antemano. Tenemos un sueldo que, salvo productividades y complementos, es el que es. Para bien y para mal. Si ingresamos 1.000 euros sabemos que ese es nuestro techo de gasto. Salvo que decidamos ir más allá y endeudarnos. En caso de endeudarnos, sabemos que con los 1.000 euros tenemos que responder de los gastos que ya teníamos, más los intereses de la deuda más la amortización (devolución en "cómodos" plazos) del dinero recibido. Para muchas familias esto ya es un mundo. A  la vista están los datos de impagos de hipotecas. Todo apunta a que entre la avaricia de los bancos y nuestra ¡¡poca!! cabeza nos hemos metido en un buen lío. Parece que no es tan fácil gestionar la familia.
  • Formemos parte de una familia tradicional o un nuevo modelo de familia ampliada, los miembros son los que son y necesitan lo que necesitan. Podemos planificar los hijos que queremos en función de las posibilidades de renta y los gastos que nos ocasionarán. Siempre pueden sobrevenir imprevistos. Pero el riesgo, la incertidumbre sobre los miembros del grupo, no es demasiado elevado. Con lo que el riesgo, la subjetividad sobre el gasto que nos ocasionen, tampoco es alto.
Si hiciéramos una tormenta de ideas se nos ocurrirían muchos más temas que afectan a la economía familiar, pero parece que, dentro de las dificultades particulares, no parece muy complejo lidiar con su gestión. No olvidemos que nuestras madres (MADRES) lo hicieron con muchos menos recursos y formación. Si ellas pudieron ¿Qué no podremos hacer nosotras (os)?

... Por el lado del Estado:

Un país a escala...

  • Las diferencias son, en primer lugar, de bulto. No hay un número de miembros acotado. En un país hay una población, más o menos numerosa (¡¡¡ más de 46.000.000 personas, mucho más que una familia!!!), y eso que llamamos "agentes",  que no son más que grupos de intereses variados con sus necesidades y demandas "grupales". En algunos casos conocidos -no tanto los grupos, como sus demandas-, pero en otros casos desconocidos, por aquello de que la información es asimétrica y no todos accedemos a ella en igualdad de condiciones, con lo que no siempre tomamos las mejores decisiones. No lo hacemos en lo más micro, el individuo o la familia, mucho menos lo podemos hacer cuando la familia pasa a ser de más 46 millones de "bocas que alimentar" y nos vamos al plano de lo macro.
  • La certeza sobre los ingresos se difumina. Se pueden hacer previsiones, efectivamente. Esas previsiones serán más realistas cuanto más estables sean las condiciones económicas de los "agentes": las familias, las empresas, ayuntamientos, ¡¡la banca!!. Cuanta menos incertidumbre, más veraces serán las previsiones de ingresos. Cuanto más veraces sean estas previsiones más información tendremos para saber cuánto dinero nos podemos gastar. Fácil, siempre y cuando el entorno sea estable.
  • Pero ocurre que el entorno se desestabiliza. Porque el país no es más que otro agente que se desenvuelve en el mundo. Un mundo lleno de otros como él. Y si relacionarse con sus agentes internos es difícil, la cosa se complica bastante cuando nos vemos sometidos a tensiones exteriores: que si nuestra moneda está "cara", nuestros salarios altos, nuestra productividad baja... y no nos compran (no exportamos); que si otros países producen más barato y nuestros agentes en vez de comprar "en casa" compran fuera; y eso sin contar con los inversores que compran y venden a capricho con el único afán de enriquecerse cuanto más, mejor, sin atender a consecuencias. Difícil presupuestar ingresos que, no olvidemos, proceden, fundamentalmente, de las rentas capaces de generar los agentes privados: familias y empresas.
  • Esto se complica... Además, los agentes no se suelen preocupar mucho por lo que vaya a pasar mañana (incluidas las familias). Si el Estado no les obliga a ser previsoras: a que paguen por determinados bienes y servicios (vía impuestos, seguros) en cómodos plazos, van a incurrir en altos costes por enfermedad, educación, dependencia, etc... que no son fáciles de asumir por todos. Eso sin contar con que voluntariamente tampoco pagaríamos otros gastos que parece que no van con nosotros: defensa, infraestructuras... algunos bienes públicos puros, otros no tanto. Pero como vivimos en una sociedad "paternalista" se intenta cubrir nuestras necesidades antes de que nosotros mismos nos demos cuenta de que las vamos a tener. Más incertidumbre: ¿Cómo prever el coste de la enfermedad? ¿Cómo prever el coste de una catástrofe? Riesgo. En definitiva, más dificultad para prever los gastos. Este gusto por lo inmediato y el dinero fácil y la poca capacidad de previsión hace que todos los agentes seamos, en la medida de nuestras posibilidades (todos tenemos alguna), responsables de la situación en la que está este Estado que, junto con eso que llamamos "los mercados", parece ser el gran desconocido al que echarle todas las culpas.
Y se me ocurren más diferencias, unas obvias, otras menos. Pero no, no tiene nada que ver gestionar una familia con gestionar un país. No se trata solo de una cuestión de escalas. Se trata, sobre todo, de una cuestión de incertidumbre, de riesgos, de intereses confrontados y de información asimétrica. No le arriendo la ganancia a ningún presidente/presidenta por mucho poder que crean tener.

A este post le hubieran venido muy bien unos cuantos enlaces. Otro día y con otro ánimo.

Gracias por leerme!!!





1 comentario:

  1. Esta muy bien , pero desde un punto de vista muy Maternal, sobre esta visión de esta nuestra familia llamada España, donde los hijos elegimos el cabeza de familia , para que nos estructure esta nuestra gran casa, donde unos hijos trabajan, pagan impuestos, y ahorran, otros , golfean , son unos holgazanes y tienen muchos vicios y muy caros.
    Y como siempre , los hijos mas hijos de , son los que viven de p madre, los que a cuenta de los que todos los días madrugan , trabajan , producen , tienen coches de lujo, viven por encima de las posibilidades de una familia , mas o menos humilde .
    Esta nuestra gran familia, repartida por toda la casa en forma de pellejo, tiene un mal gestor, es el padre de familia.
    Ese gestor la gusta tratar bien a los mas hijos de …. Los que tienen coche de lujo, drogas, especulan, venden las herramientas de la casa, y tiran la comida, en un afán de querer aparentar, y hasta suelen frecuentar los prostíbulos, donde habitualmente se encuentran con el padre.
    Esta es una familia, podríamos decir desestructurada, pero con la bendición de quien tiene el monopolio del bien y del mal, es nuestra familia.
    Los amigos de la familia, ya en corrillos, se ríen de nosotros, pues no entienden como esos miembros de nuestra familia , que nos levantamos a las 6 de la mañana , que usamos el transporte publico, que vivimos en la habitación , fría , lúgubre, y desconchada. No le rompemos la cara al hijo de... nuestro patriarca que es el que nos administra.
    Esta familia, sobran miembros. O los que no trabajan y derrochan, se marchan a vivir a otra casa, o el resto de hermanos los tendremos que echar.
    Si no es así veremos a nuestra madre, enfermar, veremos que la casa se empezara a caer, y veremos una guerra fratricida entre hermanos, ya hace años en la familia de nuestros abuelos paso lo mismo, y no hemos aprendido, aquellas lecciones bajo el candil del carburo. Donde los mas hoy espabilados decían, no me rayes abuelo, que ya esta bien de batallitas de la guerra.
    Esta familia tiene muchos hijos de……….. Esta es la familia del papa Rajoy, y sin un padrino que, nos eche una mano para salir adelante.
    Visto desde el paternalismo del hijo que no quiere a su padre, que con algún hermano gasta las medicinas de la mama en putas.
    Espera que la guerra de papa, se pase pronto y cambiemos de papi.
    Salud

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