martes, 5 de junio de 2012

¿Conciliamos?


Todo empezó con una discusión de parque: ¿Qué es conciliar?.

Os pongo en situación: tres madres, dos casadas, una soltera; una empresaria, otra trabajadora por cuenta ajena y un ama de casa; las tres licenciadas; las tres madres de niños, varones, de edades parecidas (de hecho el denominador común de las tres es la clase de los niños, además del parque...).

El parque me da muchos momentos para la reflexión, cuando nació Martin una de las cosas que mas me preocupaban, (por no decir directamente horrorizar) era la idea de tener que pasar horas muertas de banco, escuchando historias absurdas de pediatras, comidas, cacas, y ropitas. Nada más lejos de la realidad. Me he encontrado con un microcosmos apasionante. Variado: madres y padres, niños, niñas... Múltiples y diferentes vidas: con trabajo, parados, casados, solteros, divorciados, "ama de casa", veinteañeros, cuarentañeros (aplíquese la "a" en todos los casos; la "o" no procede en el caso de las amas de casa, porque solo "tenemos" una en el club y es mujer), curiosamente hay una mayoría de profesores y maestras. Todas las mujeres con trabajo. Gran mayoría de hombres en paro.
Muchas "discusiones" sobre temas variados: economía, educación, salud, también ropa, y comida, pediatras... pero en absoluto las charlas insulsas que yo temía. Y hace un par de semanas surgió el tema que os comentaba y que volví a recordar ayer cuando leí en Sintetia la entrevista a María Gómez del Pozuelo, CEO de Womenalia (Directora Ejecutiva). Lo primero que me llamó la atención fue el titular: "Hasta el 2054 las mujeres no llegaremos a tener el 40% de los puestos de dirección"... Cifras concretas que una no sabe muy bien en base a qué están estimadas... En cualquier caso, suscribo el contenido. La importancia de promover el talento, independientemente del género. Promocionar la igualdad de accesos a puestos directivos en función de la valía de las personas y no su  género... Y el tema de la conciliación.

En la charla de parque hablábamos de las dificultades que tenemos las madres y padres trabajadores para afrontar el verano. La "problemática" de las vacaciones escolares, la necesidad de disponer de ayudas y opciones para poder conciliar trabajo y familia. Y surgió la discusión. ¿Qué es conciliar? ¿Que la administración te ofrezca alternativas para cuidar de tus hijos mientras tu trabajas? Conciliar la vida familiar debería de ser dedicar tiempo de calidad a los hijos, estar con ellos y poder compatibilizarlo con la vida laboral... Pero la realidad es que conciliar es poner a disposición de las familias, alternativas para el cuidado de los niños mientras sus padres, madres, desarrollan su vida profesional. Gracias a los abuelos, cuidadores, apertura de colegios en horario extraescolar, vacacional... 

La discusión estaba ahí. ¿Cómo puede ser eso conciliar? ¿Tenemos hijos para que sean otros los que los cuiden, eduquen y ayuden a crecer? ¿Somos egoístas y no renunciamos a mayores ingresos para poder dedicar más tiempo a estar con nuestros hijos? ¿No es cierto que con uno de los dos sueldos, sea el de él o el de ella, podríamos vivir, sin lujos, pero con tiempo para los niños?

Desde mi punto de vista, las políticas de conciliación ayudaron, ayudan, a muchas mujeres a conseguir la independencia económica, paso previo a la independencia emocional, a liberarse del peso de las cargas impuestas por el machismo tradicional que relegaba su papel al de ama de casa, con escasa voz y menos voto. Se acabó la excusa de: si tu trabajas, ¿quién cuidará de los niños?. Solo por la oportunidad que ha dado ha muchas mujeres, las políticas públicas de conciliación, merecen la pena.

Es cierto que todos, todas, queremos tiempo con los niños; pero también queremos desarrollarnos profesionalmente. Es cierto que es muy difícil compatibilizar ambas cosas. Es cierto que hay que hacer renuncias. Es cierto que las renuncias casi siempre las hace la mujer, en favor de la vida familiar. Y es curioso observar que esto es así independientemente de su categoría profesional: si es baja, "da igual... para lo que ganas..." si nos movemos en el ámbito de la dirección: "ya que eres la jefa, no pasará nada porque llegues más tarde y lleves a la nena al pediatra..." Siguen siendo mayoritariamente ellos los que se quedan después del trabajo a tomar una cervecita con los colegas, mientas ellas se van a casa... cenas, duchas...

Las cosas están cambiando. Ya digo que hay padres en los parques. Que duchan a los niños. Que leen cuentos. Que se preocupan por sus deberes. Les llevan al pediatra. Están y participan.

Y eso, entiendo, es conciliar. Al margen de las facilidades públicas. Estar los dos, al pie del cañón. Hoy por ti y mañana por mí. No valen excusas de reuniones que se eternizan. De cervecitas con clientes. La conciliación tiene que estar en la base de la familia (entendida en el sentido más amplio: tradicional, varones, mujeres, mixtas, ...). Hombre, mujeres, somos distintos, pero es necesario hacer un esfuerzo para que las diferencias en lo cotidiano no sean tan evidentes. Pienso que solo así se podrá apostar por una igualdad de futuro. Desde el presente y desde lo micro.

1 comentario:

  1. También creo que han mejorado las cosas, que van poco a poco. Pero me sorprende comprobar que pese a todos los esfuerzos de educación y sensibilización algunos patrones claramente machistas se produzcan en las nuevas generaciones... ¡y que las chicas los admitan! En fin, que al final la cuestión es convivencia, organización entre dos, sean hombre o mujer.

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