miércoles, 14 de agosto de 2013

Felicidad I

Estoy leyendo estos días un libro de Albert Espinosa, "El mundo amarillo" y, de momento, he sido capaz de interiorizar un par de ideas: la importancia de tener presente cada día algo que nos haya hecho felices, que parece que no, pero es más habitual de lo que creemos; y reconocer a los "amarillos" que nos hemos encontrado a lo largo de la vida. Hablo en masculino porque por mi vida, echando la vista atrás, han pasado más hombres amarillos que mujeres. Con gran diferencia. Y ello a pesar de mis desastrosas experiencias en el amor. Por eso sé que fueron amarillos. Ni amores, ni amigos. Pero este tema, el amarillo, lo dejo para otro post.

Hoy toca contar mi felicidad I. La de ayer. Llamar a una amiga de la que hace tiempo que no sé nada, soy bastante dejada, lo reconozco. Y la respuesta fue, de corrido: ¡Hola niña! Te echaba de menos. ¡Tengo ganas de verte!

Por la amistad. En amarillo

Son, por lo menos, cuatro felicidades en una, lo que la convierte en una macrofelicidad:

¡Hola niña!... A mi edad, no os podéis imaginar cuanto se agradece que se refieran a una como "niña"

Te echaba de menos... Soy importante para alguien. ¡¡UAU!! (Hay días en que realmente una se pregunta qué aporta a este mundo).

¡Tengo ganas de verte!... ¡¡¡Y yo a tí!!! Porque me encanta hablar contigo, porque me siento querida, porque me entiendes, porque me escuchas, porque no me juzgas y porque das unos abrazos de osa que son una auténtica gozada.

Y la cuarta será la de hoy, pasar una tarde juntas, reírnos de nuestras majaderías y, seguro, compartir unas sidras riquísimas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario