lunes, 3 de septiembre de 2012

Fraude

Los niños deberían de ser los únicos "traviesos"
Llevo días dándole vueltas a este post. Llevamos meses reclamando al gobierno que intensifique las campañas contra el fraude. Quejándonos amargamente de los políticos, de los banqueros, de los grandes empresarios, de todos los que evaden impuestos y se llevan sus dineros a paraísos fiscales. De las prebendas de algunos alcaldes y sus chanchullos a medias con empresarios con pocos escrúpulos. De los políticos se ocupan otras personas con más información que yo sobre el tema. Leed el post de Antonio Maestre respecto del patrimonio de los diputados.

Y yo, como siempre observando lo cotidiano, me pregunto ¿no hay más fraude que el que mueve millones de euros?. Se me ocurren algunos casos que no cantan tanto como los millones de euros que parece tener Urdangarín repartidos por los paraísos fiscales de medio mundo pero que están ahí:

  • En mis vacaciones en Pirineos el pasado mes de junio, pagué algo menos de 200 euros vía transferencia bancaria por el apartamento en el que alojamos Martin y yo durante 9 días. El resto, hasta casi los 600 euros que nos costó el alojamiento, fueron entregados en mano y sin mediar factura alguna. Fraude por ambas partes, de la propietaria del apartamento, por no darme factura y mío, por no exigirla.
  • La mujer jubilada que se pasa los fines de semana en la cocina del restaurante del hijo echando una mano al mando de los fogones, contribuyendo al saneamiento de las cuentas familiares. Es fraude. Está quitando un puesto de trabajo y trabajando ella misma mientras cobra una pensión del erario público, que somos todos. 
  • El parado que cobra su prestación por desempleo y cuadra el mes trabajando con un colega que hace chollos por las casas permitiéndole "redondear" unos ingresos mientras otras personas en sus mismas condiciones pagan su cuota como autónomos y luchan por mantenerse en el mercado día a día. Fraude.
  • Ese hotelito de cinco estrellas, en mitad de la nada, que se anuncia como el no va más en turismo ecológico y como tal fija sus altísimas tarifas, que cuando llegas te recibe con desconchones en las paredes, grifos que no funcionan, instalación eléctrica "vista", con los cordones al aire, un anunciado párking que no es mas que un gran maizal donde puedes dejar el coche con total tranquilidad y un hippy que se encoge de hombros cuando te quejas amablemente de lo caótico de las instalaciones. Eso sí, a la hora de cobrar el hotelito es un auténtico cinco estrellas. Fraude.
  • Fraude es tener que trabajar 37,5 horas semanales y llegar a las nueve, salir a las dos y trasladar parte de la actividad a la tarde, esa actividad que no he tenido tiempo de hacer por la mañana y por la que me pagarán unos buenos dineros extra para "redondear" el mes.
  • Fraude es llevarse para casa material del trabajo, porque ha sido comprado con dinero público, porque es de todos, porque las gasas que compramos con dinero de todos no tienen porque estar en el botiquín particular de nadie.
  • Fraude es fotocopiar libros enteros para la cría que está en bachiller en la fotocopiadora del curro, a ser posible en color, que queda más auténtico. Fraude doble, por usar recursos públicos con un fin privado; y por copiar un libro, con sus derechos de autor y sus cositas.
  • Fraude o engaño es la mala gestión de muchos negocios de hostelería, fijando precios aleatorios, tratando con desdén a sus clientes, haciendo ostentación de poderío a la vez que no paga las nominas de sus empleados, o les contrata a tiempo parcial, haciéndoles trabajar diez horas diarias por un sueldo de risa.
  • Fraude es lo que hace ese dentista que no te da factura, al que le tienes que pagar en mano el precio que él decide sobre la marcha. Fraude al que contribuimos por no exigir transparencia.

Aire, luz, agua, vida
Pues nada, sigamos exigiendo al gobierno más recursos contra el fraude, a ver si nos pillan. Entre tanto, a lo nuestro, a jugar al ratón y al gato, y que haya suerte. No sé si es que España es así o es una práctica común en el resto del mundo. Pero somos pillos, cada uno a nuestro nivel, y mientras no tengamos claras las cosas de lo público, mal seguiremos. Opinión personal e intransferible y, seguramente, impopular, pero es lo que hay.

1 comentario:

  1. Pues estoy de acuerdo con casi todo... excepto dos cosas:
    - lo del hotelito de cinco estrellas hecho una basura es un timo a los consumidores, no un fraude al fisco, y se arregla siendo más exigentes y sobre todo no eligiendo ese tipo de sitios
    - y que me dices de la pobre jubilada que echa una mano ... ¡¡tampoco es que haya que cobrar por todo lo que se hace!!! a este paso si le explico las matemáticas a mis sobrinos les tendría que cobrar!!!!

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