martes, 24 de julio de 2012

Hoy la vi

Esta mañana. Ahí estaba. He visto la crisis delante de mis ojos. Subía a trabajar y, como suele ser habitual salvo prisas de última hora, cruzaba el parque escuchando las noticias y observando las flores, que están preciosas en estas fechas. Sobre todo los días de luz.

A la altura del Escorialín había tres personas sentadas en un banco, dos hombres y una mujer. Una cuarta persona estaba de pie, de espaldas a mí. Los cuatro vestían ropas demasiado pesadas, grises y ajadas para la época en la que estamos. Incluso tratándose de Asturias. Varias capas de chaquetas, camisas, El que estaba de pie llevaba puesto un viejo abrigo, marrón y deslucido.

Uno de ellos tenía un papel sobre el regazo con algo que me pareció algún tipo de embutido. El que estaba de pie sacó de una bolsa de plástico una barra de pan mientras el tercer hombre le acercaba una navaja.
Grátila. Nava
Los cuatro tenían la mirada cansada, de desánimo, la mujer me miró al pasar y sentí el reproche en sus ojos. Quizás por mi forma de mirarles, o por lo inoportuno del momento. Por sentirse observada en esa circunstancia en que ella seguro que hubiera preferido estar en otro lugar. En otra compañía.

Ví la crisis.

Al lado del banco había dos o tres maletas pequeñas. Quizás lo que les quedaba de otra época que habrá sido mejor. Una época en la que habría una casa, una familia, unas tazas de café, prisas por llegar al trabajo. Vidas e ilusión.

Y ví esas miradas de desesperanza. Cuatro desconocidos compartiendo una barra de pan y algo de relleno. Y pensé en los mercados, ellos tan racionales. En el gobierno, tan caótico en sus idas y venidas. En todo lo que nos queda por vivir. Pensé en Martín. Y en el futuro.

Era la crisis en forma de personas. Ya no es Grecia, es España.

PD: Esta mañana los he vuelto a ver. Con más detalle. Hoy vi que llevaban un par de sacos de dormir y las legañas puestas. Creo que duermen en el parque. Estoy empatizando con ellos. Tienen pinta de personas honestas con mala suerte. Hoy bajaban charlando, con las mochilas al hombro. Y no, no son peregrino, les delatan los zapatones, nada apropiados para hacer El Camino.

1 comentario:

  1. Me gusta ver que la sensibilidad está ahí tan vigente o más que nunca....a pesar de la crisis....me gusta la gente que se pone en el lugar de los demás que es capaz "de ponerse los mocasines de los indios" y caminar con ellos unos cuantos kilómetros para ver lo que se siente, me gusta mi amiga Esther.....
    abrazo
    pele

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